sábado, 30 de marzo de 2013

TAREA 3. SERÉ PINTOR

Había una vez un niño que se llamaba Giorgio y quería ser pintor. Todo el mundo se daba cuenta en seguida de ello porque, cuando alguien iba a verlo, inmediatamente le decía:

- Estate quieto. Voy a hacerte un retrato.

Y, efectivamente, con un trocito de carbón dibujaba en el suelo un garabato y después preguntaba, con el aire más satisfecho del mundo:

- ¿Verdad que se te parece?

Naturalmente no se parecía en nada, pero hay que tener presente que Giorgio tenía solamente cuatro años. Cuando cumplió cinco comenzó a dibujar con el instrumento formado por una barra de grafito dentro de un cilindro de madera, que se utiliza para escribir o dibujar y, al llegar a los seis, ya dibujaba con colores al pastel. Pero hay que decir la verdad: Giorgio no tenía mucha paciencia. Si a un dibujo no le encontraba inmediatamente parecido, lo dejaba todo y se iba a jugar. En fin, quería ser pintor, pero no le gustaba trabajar.

Un día, mientras se encontraba en un prado para dibujar unas plantas herbáceas muy abundantes en los sembrados, con flores formadas por muchos pétalos blancos y el centro amarillo recién abiertas, se le acercó un extraño personaje.

- Buenos días- dijo el Personaje-. Veo que dibujas muy bien.

- Sí, lo hago muy bien- respondió Giorgio-, pero estos colores no quieren hacer lo que yo deseo. No son obedientes. Hacen manchas, garabatos. Al final ya no se entiende nada. En vez de las margaritas, aparecen en el papel otras cosas, como molinos de viento y vehículos de dos ruedas que se mueven haciendo girar dos pedales con los pies y que giran gracias a un manillar.

El Personaje sonrió y dijo:

-Yo te daré un utensilio formado por un mango y un penacho de pelo o cerdas en su extremo, que se utiliza para pintar obediente, un pincel milagroso que pinta solo. Pero con una condición: deberás estudiar pintura cada día durante una hora. Después del estudio, el pincel se moverá solo y pintará lo que tú quieras.

El Personaje entregó a Giorgio un pincelito y se marchó. Al llegar a su casa, Giorgio se apresuró a probar el pincelito y se quedó boquiabierto al comprobar que el misterioso Personaje había dicho la verdad. Bastaba con poner delante del pincel una hoja muy fina hecha con pasta de fibra vegetal que se utiliza para escribir, imprimir y envolver entre muchos otros usos en blanco y decir: "Quiero pintar un paisaje con una nube roja y siete pinos verdes" para que, inmediatamente, el pincel se moviese arriba y abajo por el papel y, en el tiempo de contar hasta diez, el cuadro estaba acabado. Pero Giorgio no olvidaba el pacto con el Personaje y todos los días estudiaba dibujo durante una hora.

Así, gracias al pincelito milagroso, se hizo un pintor famoso. Sus cuadros llenaban los edificios en los que se guardan y se exponen al público objetos que tienen valor artístico, científico o cultural y eran muy admirados.

Un día Giorgio pensó:

- Ahora ya soy famoso, mi pincel me va de maravilla, ¿por qué tengo que seguir un estudio tan cansado?

Y dejó inmediatamente de estudiar. Aquella misma noche quiso pintar un cuadro con una masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie de la Tierra borrascoso. Cogió el pincel, pero todo acabó allí. El pincel ya no se movía. Preso de cólera, Giorgio lo arrojó lejos y no consiguió encontrarlo. El pobre pintor lo buscó por todas partes. Compró centenares de pinceles y los usó uno tras otro, pero no había forma de encontrar uno que se moviera solo. Y, mientras tanto, nadie quería ya sus cuadros.

Sin embargo, Giorgio amaba realmente la pintura y una hermosa mañana volvió a pintar con pasión.

Era un trabajo duro, porque ya no tenía ningún pincel milagroso. Empleó varios meses. Pero al fin consiguió pintar un buen cuadro, cien veces mejor que los que había pintado con el pincel mágico. Entonces Giorgio comprendió que tampoco los otros cuadros se habían hecho solos, sino que el pincel los había pintado porque él había estudiado y trabajado todos los días. Comprendió que sin trabajo no se superan las dificultades ni se conquista la belleza. Aquella misma parte de tiempo que va desde que desaparece el sol hasta que sale de nuevo volvió a encontrar el pincel mágico, pero ya no le servía para nada: Giorgio se había convertido en un verdadero pintor.

Colgó el pincel en la pared y lo conservó como recuerdo.

Yo he estado una vez en su estudio y lo he visto: es un pincelito como otros muchos, como los que venden en todas las tiendas.

GIANNI RODARI
Cuentos largos como una sonrisa. Galera (fragmento)




jueves, 28 de febrero de 2013

TAREA 2

La luna llena brillaba, resplandeciente, sobre los tejados de París. Entre ellos, destacaba uno en especial. Aquel bonito edificio, presidido por una inmensa pirámide de cristal y situado a orillas del Sena. Ese mágico lugar, era donde el agente Roger se ganaba la vida. Roger era el encargado de la seguridad nocturna del Museo del Louvre, el museo más famoso de Italia y el más visitado del mundo.
Aquella noche todo parecía normal. Pero, sobre las cuatro y cuarto de la madrugada, Roger advirtió algo raro en sus monitores. La sala donde se encontraba La Gioconda, obra maestra de Miguel Ángel, aparecía a oscuras. Tras un fugaz parpadeo, la luz volvió. Roger no sabía si lo había soñado en una cabezada.
Al día siguiente, durante una visita, la directora del museo, Danielle, vio una extraña y minúscula mancha en la parte inferior del marco del cuadro.
- ¡Qué venga Jean Pierre!- dijo.
Apareció, ipso facto, un hombre enfundado en una reluciente bata blanca. Tras una meticulosa inspección, confirmó lo que el director había temido:
-Este cuadro no es el auténtico.
Esta frase terminó con un ruido en un lateral de la sala. A Dominique, el encargado de mantenimiento, se le había caído un puñado de tubos fluorescentes desde lo alto de una escalera, donde realizaba sus tareas. No habían pasado ni veinte minutos, cuando la policía ya había desplegado su dispositivo. Los inspectores René Blairet y Laure Soule estaban al mando. Tras una ronda de interrogatorios, el pobre Roger recordó aquel apagón que le alertó la pasada noche. Pocas deliberaciones les hicieron falta, a los cuatro inspectores, para señalar a Dominique como principal sospechoso ya que sólo él, junto con Roger y Danielle, tenían acceso a la sala. Pero, lo que realmente había sucedido...





MI FINAL (Arantxa)

Lo que, realmente, había sucedido fue que durante esa noche, dos ladrones entraron por una de las ventanas, descolgándose desde la azotea; cortaron, por un momento, la luz de la sala (de ahí el parpadeo que advirtió Roger) y, en cuestión de segundos, robaron el cuadro y colocaron uno falso en su lugar.






sábado, 9 de febrero de 2013

TAREA 1. ENTREVISTA.

  1. ¿Cuál es el deporte que más te gusta? ¿Cuándo lo practicas?
  2.  ¿A qué lugar del mundo, al que no hayas ido, te gustaría ir? ¿Por qué?
  3. ¿Cómo sería, para ti, la mejor fiesta de cumpleaños?
  4. Si te pudieras convertir en un animal, ¿en cuál sería? ¿por qué?
  5. ¿Qué te gustaría ser de mayor? ¿Por qué?


Hola, me llamo Paco y estoy encantado de ser tu alazarillado.
1 Mi deporte favorito es el baloncesto. El baloncesto es practicado por mí todos los sábados.
2 Me gustaría (mucho) viajar a Italia porque ese país me parece increíble.
3 Para mí sería perfecto bolera y luego burger king.
4 En camaleón (únicamente) por la habilidad de cambiar de piel no sé cómo lo hacen.
5 Me gustaría ser cocinero, me resulta muy entretenido el empleo.
Te agradecería que pusieras los comentarios anónimos

Aquí te dejo los deberes, adiós.
Paco 6d10



Mi deporte favorito es el hockey, lo practico dos veces a la semana.

Me gustaría ir a Francia porque estoy estudiando francés.

Me gustaría ir a un cumpleaños de lásers, es divertido porque parecen pistolas reales.

Me convertiría en un perro, porque son muy fieles.

Me gustaría ser bombero, porque rescatas a la gente y apagas los fuegos.

Y se me olvida mi nombre es Marcelo 5C09

miércoles, 6 de febrero de 2013

¡BIENVENID@S!

¡Hola!
Soy Arantxa, bienvenid@s a mi blog.
Espero que nos divirtamos y, sobre todo, que aprendamos mucho, gracias a esta interesante forma de comunicación que nos han proporcionado. Es importante que no os quedéis nunca con ninguna duda y preguntéis lo que haga falta. Si, además, queréis aportar alguna sugerencia, no dudéis en hacerlo.